Quai des amants

Acá estoy,
embarcándome en el tren.
El destino,
lo iremos haciendo,
contigo de motorista.
En los túneles trataré de no tener miedo.
Esta vez seré tu pasajera.

Nada

¿A dónde vamos a enterrar esta bolsa?
Pesada carga de recuerdos, todos apolillados.
Papel, olores, colores;
ninguno se salva.
A un río, que corran una suerte podrida antes de llegar al mar.
Tirarlos desde lo más alto de una montaña,
se desnucarán, no habrá sobrevivientes.
O la definitiva: avivarán la llama de la fogata
que calentará el nacimiento del nuevo amor.

Incapaz de ver afuera

Dejo salir el monstruo,
pero aquí entre las cuatro paredes.
Le doy de beber, que no tenga sed.
Y para arrullar su alma,
oirá a los intelectuales contar.
Los ojos cerrados,
asi no hay riesgo
de deshidratación por tristeza.

Asustan pero no hacen nada

Mientras desaparecen tus fantasmas,
mételos en un cuento:
Había una vez unos....
pero no los podían ver,
ni ruidos hacían.
Entonces,
no existen,
y este cuento....
.... se acabó.